Ya viene, mi Soledad.

¡ Ya viene ! ,
nobleza y señorío
claman al cielo
para surcar las calles
con garbo y tronio.
-
Señora de corazones penitentes,
acompañada en silencio
y guardando tu dolor,
suspiras deseos
dentro de tu corazón.
-
Fe y cariño muestra tu cofrade,
sentimiento doloroso su andar,
al sentir tu sollozo en el varal
lágrimas y suspiros
son su caminar.
-
¡ Señora de la Soledad !,
en vos pongo mi corazón
para sentir tu dolor
por unos momentos
llenos de vigor.
-
Ante ti, mi Virgen,
me arrodillo,
sencillo será mi caminar,
te llevaré con ilusión
por estas calles de paz.

A mi virgen de la Soledad.

Virgen de la Soledad,

madre y señora,

colmas en mi corazón

toda la ternura

de tu cara divina.

Luz de día

caminando con alegría

hacia un mundo en paz

a pesar de tu pena contenida.

-

Madre y señora celestial,

amparo de tormentos,

sentimiento de la verdad,

pureza embriagadora

para satisfacer la caridad

en toda aquella persona

que te recoga con alevosía.

-

Madre por naturaleza

señora por condición,

eres suspiro de consuelo

pasión sin valor.

Caminas por las almas

dando cuanto tiene tu corazón,

alteza de pureza

alumbras el camino

de tus fieles con pasión.

-

Mujer misericordiosa

que en tus brazos das vida,

eres el alumbramiento

que consuela mis días.

Ante vos me postro

por ser madre y señora.

Darte mi sangre

te entregaría,

pues son mis vías

los caminos que buscan

toda la gallardía de tu alegría.

-

No llores, alma mía

que tu sollozo llevaré

con sudor y simpatía.

Tu desamparo es mi fuerza

que hace llevarte con firmeza

cuando llega

tan feliz día.